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ECONOMÍA EN CORONAVIRUS: RECESIÓN - DEPRESIÓN

¿HACIA DÓNDE NOS CONDUCE LA PANDEMIA?

La actual crisis sanitaria por coronavirus conduce a nuestro país y al mundo inevitablemente a un período de recesión, que los especialistas auguran será transitorio. Sin embargo, la extrema incertidumbre de su duración, el fondo y sus alcances, son rasgos que nos llevan a revisar el fenómeno de la depresión.


De acuerdo a lo que han señalado expertos sobre materia, la actual crisis económica causada por el “coronavirus” tendría una curva con forma de “U”, es decir, primero, la curva se comporta a la baja contrayendo la economía, para posteriormente, volver a ascender de una forma rápida y segura, lo que hace proyectar para el año 2021 favorables índices con respecto a los que hoy se empiezan a conocer. Esta es la tendencia que pronostican los expertos.


De ser así, lógicamente estaríamos muy lejos de catalogar esta crisis como una “depresión” económica, pero hay ciertos aspectos de ella que inquietan y que nos recuerdan que una economía puede llegar a enfermarse gravemente. Es, precisamente, la extrema incertidumbre de esta crisis sanitaria la que preocupa a todos los agentes económicos: macro y micro.


Por lo anterior, indagaremos sobre el significado de algunos conceptos económicos y sus efectos generales. Y haremos un repaso de la proyección de cifras económicas que ha dado a conocer recientemente el Banco Central de Chile.


La actual crisis por pandemia de coronavirus ha hecho, según algunos expertos, que nuestro país entre en un período de recesión, que se espera sea relativamente corto. Este concepto de recesión es definido por el Diccionario de la lengua española, de la RAE, como: depresión de las actividades económicas en general que tiende a ser pasajera. Nótese el carácter de pasajero o transitorio que según los expertos tendría la actual crisis.


Por otra parte, el concepto depresión importa una connotación de daño más profundo y a largo plazo, al señalar la RAE que se trata de: un período de baja actividad económica general, caracterizado por desempleo masivo, deflación, decreciente uso de recursos y bajo nivel de inversiones. En consecuencia, las principales características asociadas al fenómeno de la depresión son el tiempo prolongado de su duración, el alto nivel de desempleo, deflación en vez de inflación y una clara contracción de la producción y del nivel de inversión.


La deflación se trata de un concepto claramente contrario a inflación. Este último refleja un alza sostenida en el nivel general de precios de la economía, medible por el índice de Precios al Consumidor (IPC), lo que es de cierta forma bueno, en la medida que se esté controlada, pues refleja que hay un nivel de actividad y crecimiento aceptables. En tanto que, el primer concepto da cuenta de un descenso prolongado del nivel general de los precios en una economía, ya sea por un exceso en la oferta de bienes y servicios, o bien, por una disminución de la demanda.


La verdad es que la actual crisis a contraído la economía, es así. Aunque para algunos expertos las empresas están más bien “hibernando”, es decir, han suspendido transitoriamente la producción de bienes y servicios. La idea del Gobierno ha sido fortalecerlas con “liquidez” mediante medidas económicas tendientes a asegurar que puedan seguir operando en el mercado, es decir, asegurar su viabilidad durante este período que se supone será transitorio.


El descenso en la actividad económica en el peor de los casos lleva a las empresas a generar ingresos por debajo de los costos de producción, lo que las obliga también a reducir los costos para aumentar márgenes, lo que termina por llevarlas al cierre y/o a prescindir de sus trabajadores.


Medidas de política monetaria para combatir la deflación: en términos generales, la idea es reactivar la demanda, es decir, que haya más gasto en la economía. Para ello, se puede poner más dinero en circulación en la economía, complementado con una disminución de la tasa de interés para incentivar el crédito en consumo y de inversión. La idea fundamental es que aumente el gasto en la economía.


En términos básicos, a nivel de Política Fiscal el gobierno podrá aumentar primero el gasto público, generando empleo, o bien, reducir los impuestos, lo que supone más dinero para que los privados puedan gastar. De hecho, si esta crisis se torna más compleja, ya hay propuestas más populares como bajar la tasa del IVA, lo que beneficiaría a toda la economía en su conjunto.

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